Fuente: Faro de Vigo.
El astillero vigués negocia la construcción de dos palangreros con la compañía Pelamis.
El encargo incluiría la reconversión de la patrullera C242, aunque sigue en el mercado.
El naval vigués perdió a grandes y pequeñas firmas en los últimos años. La caída de Factorías Vulcano o de Hijos de J. Barreras fueron importantes golpes para el sector, que incluyó a algunas auxiliares que se vieron atrapadas y ahogadas en los respectivos concursos. Los astilleros que quedan sobreviven, salvo excepciones, con los pedidos de un mercado que, según fuentes del sector, se está agitando cada vez más. Aun con el incremento de precios de materias primas y la dura competencia de países como Turquía, las nuevas construcciones y las reparaciones dan trabajo a las atarazanas de las Rías Baixas. En este último nicho destaca, por ejemplo, Cardama Shipyard, cuyas vías acostumbran a esta repletas. Sin embargo, su negocio sigue siendo la construcción y, si todo sale según tiene previsto sus responsables 2023 puede ser un año histórico para la compañía. Además de la adjudicación de Uruguay para fabricar dos OPV (offshore patrol vessels, patrulleras de vigilancia de altura) por 82,2 millones de euros, el astillero ultima un contrato con una armadora australiana valorado en más de 50 millones de euros.
Según figura en las últimas cuentas anuales de Astilleros y Varaderos Francisco Cardama, a final del pasado año la pesquera Pelamis Group se comprometió a encargar dos palangreros de nueva construcción de 68,5 metros de eslora por 11,5 de manga, con unos 1.500 GT (siglas para gross tonnage, arqueo bruto) cada uno. Las recreaciones de los buques ya figuran en la página web de la pesquera y de ellos destaca que serán destinados a “la captura comercial y el procesamiento de atún”, con capacidad para su congelación a “temperaturas ultrabajas”.
Según Pelamis, estas dos unidades serán bautizadas como Southern Moon y Southern Star. Y a ellas se le sumará Southern Wind, una unidad de similares dimensiones pero que tomará como base la patrullera C242, unidad que en su día comenzó a construir la extinta Montajes Cíes y que culminó con éxito Cardama hace ya una década, tiempo en el que ha estado buscando un comprador. A través de una reconversión el buque pasaría a pescar atún “para el mercado premium de Japón”.
De esta forma, Cardama espera desprenderse por fin de la patrullera, que pese a que ha recibido innumerables muestras de interés a lo largo de todos estos años hasta ahora permanece en el mercado.
Pedidos
De llegar a buen término la negociación, Cardama podría tener este 2023 uno de los mejores años de su historia, ya que además de los pesqueros y de desprenderse de la C242, las instalaciones se colmarían con el encargo de los dos OPV (offshore patrol vessels, patrulleras de vigilancia de altura) para Uruguay por 82,2 millones de euros.
A esto habría que añadir también la parte que realice Cardama del contrato de los remolcadores para el Canal de Suez resuelto a comienzo de verano. Se trata de dos buques de 71 metros cuyo contratista principal es Alexandria Shipyard pero que cuenta con la participación de Cardama, así como Kongsberg Maritime, que aporta el diseño de los buques.
De igual forma, el astillero vigués está pendiente de la reactivación del buque multipropósito para Senegal (que entró en vigor hace 7 años) y de la draga de 73 metros anunciada en 2021 para un armador gallego, pendiente de financiación.