Fuente: Faro de Vigo.
A solo unos días de que se puedan hacer ofertas por las unidades productivas, ya hay 12 inversores interesados.
Si no surgen imprevistos, ningún desajuste que ralentice la tensa situación que ya de por sí vive el Grupo Ganomagoga, esta semana se abrirá el plazo para que los inversores interesados en una o varias de las unidades productivas del conglomerado industrial puedan realizar sus respectivas ofertas. Es un proceso que se vive con cautela pero cierto optimismo en la firma impulsada en su día por Cándido González, que se fundamenta sobre la diversificación por la que apostaron en el pasado, que será de gran utilidad en un presente cuanto menos previsible entonces. El hecho de contar con unas instalaciones polifacéticas, tanto modernas como veteranas que sirven para prestar infinitos servicios –desde pintura hasta transporte, pasando por la producción de un sinfín de piezas o estructuras para sectores de peso como el eólico, el naval o el biomasa–, sin duda supone su mejor baza a la hora de encarar una liquidación que llega tras acumular 20 millones de euros en deuda vencida. Hay preocupación de cara a la viabilidad de las cuatro compañías afectadas (Talleres, Aplimega, Cedval y Logistics) así como por los 155 puestos de trabajo que abarcan, actualmente en vilo tras la autorización de un ERTE que se extenderá durante los próximos cuatro meses, pero también hay hueco para la esperanza. Sus 18.000 metros cuadrados, fragmentados en cinco paquetes que podrán adquirirse por separado o de manera grupal, acumulan cada vez más pretendientes.
Según ha podido saber FARO de mano de fuentes de toda solvencia, son ya 12 los inversores interesados en pujar por los distintos activos que mantiene la sociedad, con base en Ponteareas y ramificaciones en Vigo, Mos y O Porriño. A los ocho que notificó el administrador concursal a los representantes sindicales el pasado 18 de abril se suman otros cuatro que han logrado a lo largo del último mes, que han plasmado sus intenciones por escrito.
Ahora llegará el turno de ver si las mismas se materializan formalmente –en propuestas firmes–, algo que sucederá a partir del jueves o viernes, 25 y 26 de mayo. Se estima que por esas fechas se abrirá el plazo para recibir ofertas, y una vez se inicie habrá un mes para que los postores las transmitan al administrador concursal, que tras ese periodo emitirá un informe sobre quien o quienes deben ser los adjudicatarios de cada unidad productiva.
A falta de ello, las instalaciones del Grupo Ganomagoga ya han enamorado a más de uno. El interés que despiertan es de los más elevados que se recuerdan en la historia concursal reciente, por lo menos a nivel gallego. Las 12 empresas que se han fijado en parte o la totalidad de la firma de Cándido González se alejan positivamente de la menor participación que hubo en grandes operaciones como la que culminó en mayo de 2022 con el traspaso de Hijos de J. Barreras a Astilleros Armón. Esa ocasión solamente se perfilaron tres aspirantes para la subastilla: Gondán, Marina Meridional y la anteriormente citada, que finalmente se hizo con la histórica superficie por 14,2 millones de euros.
Menor afluencia hubo en el caso de Vulcano, que en febrero de 2022 fue adquirida por Marina Meridional por un periodo de 15 años para realizar operaciones de construcción naval y reparaciones. El interés por reflotar esta a compañía se redujo a la mínima expresión y la firma, propiedad del Grupo Argos, pujó en solitario después de que la otra candidata se echará atrás al justificar que los terrenos eran insuficientes. “Tal como queda la concesión es inviable poder subir un barco a reparar, ya que se carece de espacio. Lo mismo nos pasaría con una construcción”, indicaban entonces desde Vicalsa en declaraciones a este periódico.
Del mismo modo se registró poca participación en la disputa por las propiedades de Isidro 1952 (antigua Isidro de la Cal), actualmente en manos de Profand tras un proceso de liquidación a cuatro bandas que también siguieron de cerca las viguesas Iberconsa y Wofco, así como la herculina Frigorífica Botana. La pesquera que dirige Enrique García Chillón se hizo en mayo de 2021 con la planta y el frigorífico de Cambre, además de unas piscinas fluviales de truchas, por cerca de 10 millones de euros.
Otro ejemplo que muestra cómo en Galicia se tiende a operaciones con poca afluencia, sin un gran número de interesados, es el de la conservera Thenaisie Provoté, en manos de Ignacio González Montes (IGM). En su momento, en octubre de 2021, fue adquirida por Maquinaria Tomás Guillén en el marco de un concurso voluntario que solo atrajo a otros dos inversores: Cané Ferrero y Alfonso Caneiro. También hay casos que en el pasado –como la antigua Pescanova, que acabó siendo rescatada por la banca ante las quitas planteadas por los fondos– y en el presente –como Hiperxel y la ausencia, por ahora, de certezas sobre si realmente hay algún inversor interesado–.