Fuente: La Voz de Galicia.
Los agentes extranjeros firman los contratos según el mercado informal.
Argentina limitó a comienzos de este verano el acceso a dólares para las importaciones, una decisión que seis meses después mantiene en estado de alerta a su tejido empresarial.
El Gobierno de Alberto Fernández diseñó esta medida ante la falta de divisas para primar la liquidez existente al pago de materias primas, como petróleo, gas y energía. Acorralados por la escasez de moneda de cambio y por una inflación del 88 %, clientes argentinos suministrados por empresas de Vigo y su área deciden ahora aplazar pedidos y envíos de maquinaria y equipos.
«La Argentina siempre se manejó en dos monedas: el peso y el dólar. Este último es el que rige
el destino de la economía», indica Jorge Vellanos, responsable de operaciones en la viguesa Vasco Gallega de Calderería.
Nacido en el país sudamericano en la década de los setenta, contrapone el umbral de la pobreza de entonces, del 4 %, con el que existe actualmente, del 60 %. «Las sociedades allá piensan en el mañana y después ya veremos», relata.
La empresa en la que trabaja, situada en el polígono de A Pasaxe, mantiene un contrato de suministro naval con un astillero potente de la provincia de Buenos Aires. «Como no está garantizado el cobro de los equipos, los pedidos están en espera», relata.
El director general de Citic Censa, Juan José Agulla, ha detectado las mismas complicaciones a la hora de exportar productos hasta Argentina. En el caso de la fabricante porriñesa de equipos pesados, han aplazado la entrega de molinos de grandes dimensiones para una minería de
cobre en el país. «En un principio, el envío de dos lotes estaba previsto para el primer semestre del 2023, pero ya lo hemos pospuesto para hacerlo a lo largo del
año», indica sin fecha definida, pero insistiendo en que el contrato sigue adelante.
Las reservas actuales de dólares del Banco Central de la República Argentina son finitas y limitadas. Ahora lo tutela el Fondo Monetario Internacional (FMI) Las empresas industriales ya no pueden llamar a la puerta del organismo rector financiero para conseguir divisas de cambio
—«cualquier sociedad extranjera sella los contratos con Argentina a base de dólares americanos»— y deben conseguirlas ahora en el circuito comercial. En el Banco Central, el dólar está a razón de 165 pesos, mientras en la calle cuesta unos 250. La diferencia es especulación. Las empresas extranjeras firman los negocios según el valor del mercado informal.
Enrique Mallón, secretario general de Asime, considera que por ahora la situación no es tan
dramática. La semana pasada, sin ir más lejos, la patronal del metal estuvo en Mar del Plata en
el Encuentro Internacional de la Industria Naval, Einaval 2022.
«Hubo firmas argentinas que nos transmitieron que sí que existen restricciones a la hora de importar bienes y equipos», precisa Mallón. Las gallegas Navantia,Aclunaga, Industrias Ferri, Ibercisa, Gabadi y Faustino Carceller participaron en este evento que
aspira a fortalecer las oportunidades de negocio entre la comunidad gallega y el país sudamericano.
Mallón avanza además que los fondos de inversión han paralizado proyectos a la espera de
ver qué sucede en las próximas elecciones de Argentina y conocer las propuestas políticas y económicas que salgan elegidas.
El grupo naval asturiano Armón también tiene un ojo puesto en Argentina. En concreto, en
la provincia de Chubut. El grupo liderado por Laudelino Alperi avanza la posibilidad de hacerse
con la antigua factoría de Comodoro Rivadavia, en la costa de la Patagonia, para la onstrucción
de buques pesqueros y actividad de reparaciones. El encuentro entre la dirección de Armón
y el Gobierno de Chubut, de hecho, tuvo lugar en las instalaciones de Vigo durante la celebración de Conxemar.
Otro astillero vigués, que construyó hace años barcos para armadores argentinos, sin embargo, ha descartado al país presidido por Alberto Fernández como mercado estratégico. Lo hace, precisamente, por las complicaciones en los pagos. «No está en nuestros planes».
Las principales bodegas de las Rías Baixas, presentes en mercados internacionales, indican que
la exportación de vinos hasta Argentina es más bien testimonial porque el país es productor.