Fuente: El Correo.
La crisis energética ha provocado un aumento de ventas y también de los márgenes.
Aunque muy modesto, la compañía alavesa Tubos Reunidos ha conseguido cerrar el primer semestre del año con un resultado positivo de 1,9 millones de euros. Pese a lo reducido de la cifra, este hecho supone un cambio drástico en una ya dilatada trayectoria de pérdidas de esta empresa fabricante de tubos sin soldadura, que fue rescatada por el Estado el pasado año con una inyección de 113 millones de euros. La crisis energética ha movilizado las nuevas inversiones en exploraciones de petróleo y gas, se ha producido también un aumento de precios y la empresa ha podido aprovechar el levantamiento de los aranceles impuestos por Trump en Estados Unidos para mejorar sus posiciones en ese país.
Ese 1,9 millones de euros es como una pequeña luz en un largo y oscuro túnel. Tubos Reunidos cerró su último ejercicio con beneficios en 2014. Ya en el primer semestre de 2015, justo ahora hace siete años, la compañía afloró sus primeras pérdidas. Tímidas también, como los beneficios de ahora, pero tan sólo eran el principio de una gran sima. Desde principios de 2015 la compañía ha perdido la nada despreciable cifra de 345 millones de euros, que han contribuido a disparar su endeudamiento y la han colocado en una difícil situación que forzó la intervención del grupo público Sepi.
El presidente de la empresa, Francisco Irazusta, ha señalado hoy su satisfacción por el nuevo rumbo pero ha alertado de que el mercado sigue en una situación compleja. «Estamos satisfechos de lograr un resultado neto positivo –ha dicho- pero somos conscientes de que es un paso más, y que debemos seguir avanzando en esta dirección; no debemos olvidar que continuamos en un escenario mundial convulso con elevados precios energéticos y de las materias primas».
En estos primeros seis meses del año las ventas de tubos han alcanzado los 243,8 millones de euros, lo que supone más que duplicar la facturación del mismo periodo del ejercicio precedente. Ello ha permitido obtener un ebitda de 14,5 millones de euros, que contribuye a aliviar las tensiones de tesorería que vivió la empresa hasta la inyección del Estado. El cambio registrado en Estados Unidos, donde la Administración Biden ha sustituido los aranceles a las importaciones de acero por un sistema de cuotas, ha permitido que las ventas en ese país vuelvan a tener un peso similar al del pasado para representar de nuevo el 46% de las ventas totales de tubos. « La realidad del primer semestre de 2022 –ha añadido Irazusta- nos permite encarar el resto del ejercicio con moderado optimismo al contar con una cartera importante y mostrar el mercado signos favorables desde el punto de vista de la demanda, pero sin duda gestionar la incertidumbre y afrontar los retos que la misma nos depara será la máxima a seguir».
La compañía tiene en la actualidad una cartera de pedidos de 111 millones de euros y ha comenzado ya a realizar las inversiones de su plan de reconversión. La principal está centrada en la reforma de la acería de la factoría de Amurrio, lo que permitirá cerrar la producción de acero en las instalaciones de Sestao y conseguir así una mayor eficiencia económica.