Fuente: La Voz de Asturias.
La división de buques de acero de Rodman tiene ofertas para naval y logística.
La venta de la unidad productiva de Barreras al grupo asturiano Armón, en un reñido proceso de concurrencia competitiva, ha demostrado que el negocio naval sigue despertando interés para los inversores, en un momento en el que la contratación de buques está en pleno auge, tras dos años de conservadurismo por parte de las casas armadoras.
Es buen momento para vender, y prueba de ello, además de Barreras, es que Metalships & Docks, el segundo mayor astillero privado de la comunidad, que se encuentra en venta desde finales del 2021, ha comenzado a recibir ofertas que el propietario, Manuel Rodríguez, fundador del antiguo grupo Rodman (sociedad Abada), estudia ya seriamente, según confirman fuentes de uno de los ofertantes.
La división de buques de acero de Rodman está colocada en el mercado internacional de compraventa de activos industriales, con la intención de desprenderse del 100 % de las instalaciones de construcción y reparación naval situadas en la dársena de Teis, al pie de la ría de Vigo, según fuentes de toda solvencia conocedoras de la operación, que estaría valorada ahora en 30 millones de euros, aunque la cifra de partida se situaba en 50 millones.
Las pretensiones económicas de Rodman son elevadas, si se tiene en cuenta que Armón se acaba de adjudicar Barreras con 14,7 millones de euros, aunque también es cierto que en una situación de quiebra que nada tiene que ver, de momento, con el estado saneado de Metalships, a pesar de las pérdidas que arroja en los últimos ejercicios.
Metalships entregó su último pedido el pasado verano al grupo armador Hansa: el crucero ultraprémium Sea Cloud Spirit, uno de los más lujosos y el segundo velero más grande del mundo que, paradojas de la vida, ha sido adquirido por The Ritz Carlton Yacht Collection para reactivar la frustrada división de cruceros que acabó quebrando Barreras.
Ofertas en estudio.
Con la cartera de pedidos a cero, por iniciativa de la propia empresa, que habría decidido suspender toda acción comercial hasta la venta, la actividad del astillero se centra ahora en la reparación de buques, y en la colaboración en un buque para Freire.
Fuentes del proceso de venta apuntan a tres ofertas que estaría estudiando el dueño de Metalships: una de ellas está encabezada por un conocido empresario del naval, con el respaldo de un fondo de inversión con sede en Luxemburgo, que llegaría acompañada de un contrato de varias unidades de buques de pasaje.
Otra de las ofertas tendría al astillero Gondán en la sombra, que habría designado a un cargo de Pymar para negociar la operación; y la tercera propuesta estaría defendida por el empresario José Alberto Barreras, dueño de Astillero San Fernando (antiguo Vulcano) quien, al igual que Gondán, optó a adquirir Barreras.
Junto a estos tres ofertantes, fuentes del proceso aseguran que Rodman estudia también otras dos propuestas no vinculadas a la construcción naval: una defendida por un grupo de logística, y la otra para la producción de baterías para vehículos eléctricos.
La puesta de nuevo a la venta de las instalaciones de Teis se produce casi cinco años después de que Manuel Rodríguez, a través de su sociedad Abada, se hiciera de nuevo con el control del astillero, tras una desafortunada operación de venta.
Fue en septiembre del 2017 cuando el empresario decidió borrar del accionariado de Metalships todo rastro de la multinacional China Sonangol, con la recompra del 60 % vendido a este misterioso holding, con sede en Singapur, en marzo del 2015 (el 40 % restante seguía en sus manos). Al recuperar el control sobre el 100 % del capital de Metalships, el dueño de Rodman se deshizo también de la mala imagen que supuso tener en el accionariado de la empresa a una multinacional de algún modo vinculada al enigmático magnate Sam Pa, que llegó a sentarse en el consejo de administración del astillero, y de cuyo paradero no existen noticias desde que en octubre del 2015 fue supuestamente detenido y encarcelado por el Gobierno chino bajo graves acusaciones de corrupción.
Armón firmará esta semana la adquisición de Barreras al tiempo que un ERE de extinción oficializará 100 despidos.
El grupo asturiano Armón, ganador del proceso de concurrencia competitiva para adquirir la unidad productiva de Hijos de J. Barreras, firmará esta semana la adjudicación del astillero vigués, por el que pagará al contado 14,7 millones de euros.
De forma paralela, está previsto que el Juzgado Mercantil 3 de Pontevedra, con sede en Vigo, apruebe el Expediente de Regulación de Empleo de extinción para un centenar de los 120 trabajadores que componían la plantilla de Barreras hasta la venta.
Fuentes del proceso aseguran que Armón ya ha facilitado el listado de 20 trabajadores que pasarán a la nueva empresa, cuyo nombre todavía no ha sido desvelado por Armón.
Una vez firmada la adjudicación de Barreras, y con Armón ya con plenos poderes sobre la unidad productiva, está previsto que el primer trabajo que se llevará a cabo en las instalaciones de Beiramar es el desguace de los bloques de acero que permanecen en las gradas, y que corresponden a los frustrados cruceros encargados por la armadora noruega Havila, que finalmente se acabaron construyendo en Turquía. El siguiente trabajo será la construcción de bloques para un oceanográfico para el IEO.
Barreras y Havila mantienen un contencioso que se dirime en la Corte Comercial de la Gran Sala de justicia para Inglaterra y Gales, con sede en Londres, sobre quién debe hacerse cargo de los costes de la cancelación del contrato, una suma de 36 millones de euros más intereses, que en ningún caso repercutirá sobre el nuevo dueño de Barreras, ya que la resolución, tanto si es favorable como si no, forma parte del procedimiento concursal a través del que se resolverán todas las deudas, pasivos y contenciosos que pesan sobre la vieja Barreras.
Lo mismo ocurrirá con los 28 millones de euros más intereses que reclama la armadora canaria Armas.