Fuente: Faro de Vigo.
El concurso para su construcción será lanzado en semanas.
La UVigo lanzará “ en 2 o 3 semanas” el concurso para la construcción de un barco oceanográfico híbrido enchufable con una envergadura de 20 metros de eslora por 5 de manga. La embarcación, con un coste de 1,5 millones de euros aportados por el Ministerio de Ciencia, será la primera de estas características en España, alcanzará una autonomía de 72 horas y podrá alojar durante sus campañas hasta 12 personas a bordo.
La institución ha contado con la colaboración de la Unidad de Tecnología Marina (UTM) del CSIC para definir las necesidades del proyecto. “Tienen mucha experiencia y son muy generosos. El barco dispondrá de un generador eólico y de paneles solares para que, cuando esté atracado o muestreando en el mar, pueda prescindir del motor térmico para disponer de energía. Además también mejorarán las medidas, porque no habrá interferencia de gases. Se trata de contar con buques cada vez más modernos y que operen de forma más limpia para que la investigación que se haga con ellos sea ambientalmente sostenible”, destaca Daniel Rey, director del Centro de Investigación Mariña (CIM).
El buque, que podrá llegar hasta la plataforma, cubrirá un hueco entre los oceanográficos nacionales de gran tamaño y medianos –Sarmiento o Ángeles Alvariño– y las embarcaciones más pequeñas de la UVigo como Indaga o Kraken. Se gestionará a través de la Ecimat y funcionará como un servicio para los grupos de investigación propios, pero también podrá ser solicitado por otras instituciones. Y además, tal y como destaca Rey, dotará a Galicia de un buque propio para llevar a cabo sus proyectos de interés o responder con rapidez frente a vertidos o rescates.
“Supone muchas ventajas para todos y el IIM-CSIC ya ha mostrado su interés. Desde el punto de vista del CIM, es fundamental porque nos permitirá decidir qué tipo de campañas se realizan y en qué momento sin depender de los calendarios anuales de otros buques. Será un barco regional, la mayor parte del tiempo estará funcionando en Galicia, y nos permitirá responder a determinadas problemáticas de forma ágil. Por ejemplo, si se produce algún incidente o hay que marcar la posición de un pecio, que ojalá no ocurra”, señala.
La embarcación favorecerá, en definitiva, la ciencia marina que se desarrolla en Vigo y en toda Galicia: “La idea es hacer proyectos conjuntos en función de intereses más locales y regionales, pero también tiene el atractivo de que se pueden diseñar experimentos con grupos de otros países. El barco puede navegar hasta el Mediterráneo o incluso, con buen tiempo, bajar hasta Canarias. En el CIM ya trabajan algunos de los investigadores españoles en oceanografía más citados del mundo. Hay auténticos referentes. Y el barco nos coloca en una posición internacional mucho mejor”.
Tripulación y equipamiento.
Su operación requerirá de 3 tripulantes y la idea es que sean contratados de forma externa, con cargo a los diferentes proyectos, para que la UVigo no tenga que asumir esta carga económica. Una vez resuelto el concurso, que fijará entres sus requisitos que el astillero sea cercano para facilitar el mantenimiento, la construcción tardaría “entre 4 y 6 meses” y todo el proceso podría estar finalizado en un año.
El siguiente paso de la UVigo será recurrir de nuevo a convocatorias competitivas para financiar el equipamiento. “Dispondrá del instrumental básico para operar por debajo de los 1.000 metros de profundidad. Llevará herramientas de muestreo, testificadores, dragas, rosetas, algunas redes y mangas, y lo básico de geofísica e hidrografía. También nos gustaría que tuviese un ROV. Y en el futuro sería muy interesante colaborar con nuestros ingenieros de atlanTTic y Cintecx para desarrollar herramientas más novedosas. Es uno de los campos que se abren”, subraya Rey.
-La UVigo será un referente en España con esta embarcación sostenible.
-Así es. Será la primera de estas características y estamos marcando el camino a seguir. Poder hacer una reparación o labores de limpieza en puerto o muestrear en alta mar sin emitir gases son pequeñas cosas que ayudan. Estamos estudiando el cambio climático, entre otras cuestiones, y debemos ir hacia una investigación sostenible y responsable solventando estas cosas.
-¿Dónde estará su base?
-En algún momento, en la ETEA. Tendremos unos años provisionales mientras tanto, pero eso es lo de menos. Puede estar en Bouzas o en Vigo. Este proyecto encaja también con el proyecto de Puerto Verde de la Autoridad Portuaria. Ellos van a construir unos cargadores de los que también nos aprovecharemos. Son acciones coherentes con una visión de conjunto.
-Hablando de la ETEA, ¿está más cerca?
-Vamos dando nuestros pasos y hay muy buena sintonía con las distintas administraciones. Me consta que el rector, la vicerrectora de Investigación y todo el grupo de gobierno de la UVigo está trabajando muy duro para hacerlo posible. Pero existen obstáculos administrativos significativos a vencer porque hay varias instituciones implicadas. Todo el mundo quiere y viene un año interesante para todos estos proyectos. Y una vez que arranque será imparable. Podríamos generar aquí un centro de investigación atlántica de referencia en España. Y además, junto con la investigación, aglutinaría la parte de transferencia y de posgrado y formación en la que estaría muy implicado el Campus del Mar. El IIM está muy interesado en que también nos mudemos allí y hemos superado los recelos de la Facultad de Ciencias del Mar para bajar.
Nuevas infraestructuras de observación.
La exitosa consecución de fondos por parte de la UVigo para construir un buque oceanográfico coincide con la ampliación del sistema de mesocosmos de la Ecimat de Toralla y la instalación de una batea de hormigón alimentada con luz solar en Aldán.
«Estamos reforzando la parte de observación en el CIM. La batea está dotada de una cámara e instrumentos para tomar medidas como la calidad del agua o el oleaje. Y buscamos un sistema para retransmitir toda esta información en directo y que esté a disposición de los ciudadanos. Los bateeiros de Aldán están encantados», comenta Daniel Rey.