Fuente: Faro de Vigo.
Se trata de una unidad eléctrica para acuicultura y en aluminio.
Negocia la construcción de dos barcos más fruto del acuerdo.
Noruega, como Galicia, vive del mar, tanto de la pesca como del resto de recursos que extraen de sus aguas y fondos marinos. Por ello, su costa está llena de astilleros, incluso en las gélidas regiones cercanas al ártico. Allí está la atarazana más al norte de todo el mundo, la centenaria empresa Grovfjord Mek. Verksted (GMV), que desde hace unos meses mantiene una sólida relación con la ría de Vigo. Según pudo saber este periódico, el astillero moañés Aister Aluminium Shipyard ha llegado a un acuerdo estratégico con GMV para profundizar en la construcción de barcos en aluminio y, sobre todo, con sello verde. Fruto de este partnership, Aister está fabricando un barco eléctrico que se dedicará a la acuicultura de salmón en aguas noruegas.
Noruega, como Galicia, vive del mar, tanto de la pesca como del resto de recursos que extraen de sus aguas y fondos marinos. Por ello, su costa está llena de astilleros, incluso en las gélidas regiones cercanas al ártico. Allí está la atarazana más al norte de todo el mundo, la centenaria empresa Grovfjord Mek. Verksted (GMV), que desde hace unos meses mantiene una sólida relación con la ría de Vigo. Según pudo saber este periódico, el astillero moañés Aister Aluminium Shipyard ha llegado a un acuerdo estratégico con GMV para profundizar en la construcción de barcos en aluminio y, sobre todo, con sello verde. Fruto de este partnership, Aister está fabricando un barco eléctrico que se dedicará a la acuicultura de salmón en aguas noruegas.
El acuerdo entre ambas compañías empezó a fraguarse al comienzo de la pandemia de coronavirus. La visita en verano de 2020 a las instalaciones dirigidas por Bärt Meek-Hansen, situadas tres horas al sur de la ciudad de Tromsø, supuso el pistoletazo definitivo, con la intención de buscar un punto en común entre la especialización de cada firma: los barcos de pesca y acuicultura por parte de GMV y las construcciones de alta velocidad de Aister.
En este sentido, unos de los puntos en común de ambas empresas es la apuesta por la sostenibilidad a través de las propulsiones eléctricas e híbridas. Aister, por ejemplo, se inició en este nicho hace ya diez años, cuando construyó el barco de pasaje 100% eléctrico Juan de Homar, que actualmente opera en el Canal de Castilla, y continúa hoy trabajando en este sector con las dos gabarras también de pasaje que se adjudicó para operar en un río de Francia. GMV, por su parte, fue el primer astillero en construir hace tres años un barco de recogida de basuras eléctrico para el puerto de Oslo, con una capacidad de trabajo de hasta ocho horas al día sin necesidad de recargar.
Fruto de esta colaboración, Aister ya está trabajando en una nueva unidad, para la que reciben todo el diseño y apoyo técnico por parte de su partner noruego. Se trata de un catamarán de propulsión eléctrica con 15 metros de eslora y 10 de manga para un armador noruego dedicado a la cría de salmón. La unidad, que será la número 84 del astillero moañés y la 184 de la firma noruega, se antoja como la primera de muchas. Y es que sobre la mesa ya hay varios proyectos en negociación, en especial de unidades parecidas a la ahora en construcción, cuya entrega está prevista para los meses de septiembre u octubre de este mismo año.
En concreto, Aister y GMV están estudiando la fabricación de otro catamarán de 12 metros de eslora y de uno más de 18, siempre con propulsiones híbridas y eléctricas y para el potente sector acuícola noruego.
Centenario.
GMV tiene su origen en 1919 en una zona en la que predomina la actividad acuícola del salmón. Desde sus inicios la empresa apostó por la innovación, entre otras cosas por la necesidad de destacar dada su situación geográfica, y es que tal y como ellos mismos afirman se trata del astillero situado más al norte del planeta. En este sentido, la firma de Meek-Hansen está participando también en barcos de apoyo para el sector eólico y en una serie de barcos dron, nicho en el que también trabajó Aister de la mano de Navantia para facturar el Vendaval para el puerto de Ceuta.
En el caso de la firma noruega, la empresa de robótica marina Ocean Infinity, a través de su filial Armada, seleccionó a GMV para construir una flota de 13 barcos dron, de emisiones ultrabajas y con capacidad para desplegar tanto robots submarinos (ROVs) como drones áreos (UAVs).